"Uno de los grandes objetivos que tenemos por delante en España es la creación de empleo de calidad, estable y bien remunerado, que genere un impacto, directo e indirecto, en la economía nacional. Seguramente todos estamos de acuerdo en esta meta, desde los agentes sociales y políticos hasta la última empresa, pasando por las multinacionales. Lo que no resulta tan fácil es articularlo. Pero quizás deberíamos entender que, para lograr este objetivo común, necesitamos mejorar algunos aspectos del funcionamiento de nuestro mercado. Dichas mejoras pasan, fundamentalmente, por la educación y la formación, la fiscalidad y el fortalecimiento empresarial.
Escuchamos estos días que la educación debería ser cuestión de Estado. El nuevo período político nos puede deparar la oportunidad irrenunciable de conseguir, por fin, un pacto entre los principales partidos en cuanto a planes y objetivos. Que entienda y asuma las necesidades del mercado laboral y las nuevas oportunidades de la transformación digital, que se prevé que pueda generar en España 300.000 empleos hasta 2017.
Y que contemple la estabilidad a medio y largo plazo, esto es, que no sigamos a vueltas con los dogmas ideológicos y el modelo nos sirva para varias generaciones.
No queda todo ahí en materia de educación y formación, ya que además deberíamos profundizar en la colaboración entre empresas y universidades, con programas efectivos y realistas que sirvan para rentabilizar la inversión pública en I+D+i. Es importante instaurar verdaderos planes de formación profesional dual -más allá de los tímidos pasos que se han dado en España- como los que funcionan en Alemania o Suiza por ejemplo, otorgando más protagonismo a las necesidades reales de las empresas.
Otro paso adelante serían las medidas fiscales. En este sentido, se trataría únicamente de brindar a las empresas españolas las mismas facilidades en materia de deducciones por I+D+i que tienen las de los países de nuestro entorno. Recuérdese, además, que según datos del último informe publicado por Eurostat en 2014, que el tipo impositivo medio efectivo español es el segundo más alto de Europa. Y en fin, organismos como el FMI nos vienen recordando que el hecho de que los impuestos aumenten en función del tamaño de las empresas puede desalentar el crecimiento de éstas.
Crecimiento empresarial
Este último análisis enlaza con el tercer salto de calidad que necesita España: el crecimiento empresarial. Un reciente estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) nos revela que si el tamaño medio de las empresas españolas se aproximase al de países como Alemania o Reino Unido, el Producto Interior Bruto español sería un 15% mayor.
Otro informe, este del Círculo de Empresarios, señala que si el tejido empresarial español alcanzara el tamaño medio del alemán, nuestra productividad agregada aumentaría un 13%, lo que permitiría la generación de 12.000 empresas y la creación de 400.000 empleos. Es más, según el mismo estudio, si durante la crisis hubiéramos tenido la composición empresarial del Reino Unido, se habrían salvado más de 500.000 puestos de trabajo.
Está demostrado que las empresas de mayor tamaño contribuyen en mayor medida al crecimiento y la estabilidad económica de los países, gracias a su mayor productividad, a la menor volatilidad del empleo y por disfrutar de un mejor acceso a la financiación.
Pero el marco regulatorio español presenta dos claros lastres para el crecimiento empresarial: facturar más de seis millones de euros y contar con más de 50 empleados. Ambas premisas implican obligaciones fiscales, laborales y administrativas que merman su competitividad y sus posibilidades de financiación. Eliminar estas barreras ayudaría a las empresas a fortalecerse y, en definitiva, a que la economía crezca y se genere mejor empleo.
Un factor reactivador del tejido empresarial, al que también alude el Círculo de Empresarios, es la colaboración entre grandes corporaciones y las pequeñas y medianas empresas. Las primeras son esenciales en el apoyo al crecimiento de las pequeñas, especialmente cuando las integran en su cadena de valor.
A cambio, las pymes aportan su mayor agilidad y su conocimiento del mercado local. En este sentido, las multinacionales extranjeras con un largo recorrido en España, y con centros de innovación y excelencia a lo largo del país, están en condiciones de aportar su larga experiencia como dinamizadores de la actividad económica a su alrededor.
Por lo demás, su carácter de embajadores ante sus corporaciones, su esfuerzo inversor en I+D+i -el 25% de la inversión privada en este concepto- y su importante huella fiscal -aproximadamente 35 euros por cada 100 generados por su actividad local- les permiten actuar como colaboradores indispensables a la hora de construir una economía moderna y productiva, que aproveche y reconozca el talento. Sin dudarlo, nuestra mano está tendida."
RESUMEN DE LA NOTICIA
Un objetivo de España es crear empleo que genere un impacto en la economía nacional, todos estamos de acuerdo con esta meta. Lo que no resulta tan fácil es llevarlo a cabo. Para lograr este objetivo común es necesario mejorar nuestro mercado. Estas mejoras están basadas en la educación y la formación, la fiscalidad y el fortalecimiento empresarial.
Últimamente escuchamos que la educación debería ser cuestión del Estado. Con el nuevo período político podemos conseguir un pacto en planes y objetivos, que entienda las necesidades del mercado laboral y las nuevas transformaciones digitales que pueden crear muchos puestos de trabajo.
Además deberíamos profundizar en la colaboración entre empresas y universidades. Es importante instaurar planes de formación profesional dual, que dan más protagonismo a las necesidades reales de las empresas.
Otro paso serían las medidas fiscales. Se trataría de dar, a las empresas españolas, las mismas facilidades, en materia de deducciones, que tienen las empresas extranjeras. Hay que recordar que el tipo impositivo medio efectivo español es el segundo más alto de Europa, esto puede desalentar el crecimiento de las empresas.
APRECIACIÓN PERSONAL
En mi opinión, pienso que hay que motivar a las empresas para que produzcan mas y necesiten mas trabajadores, así el paro español descenderá más rápidamente. En Cambio, si suben los impuestos aduaneros y no les facilitan su trabajo, es posible que estas empresas se desmotiven y con esto, que el paro no descienda que es lo que España necesita en estos momentos.
NOTICIA
http://www.elmundo.es/economia/2016/02/20/56bcc299ca4741476c8b458c.html